Sentarte al lado de tus hijos para leerles un cuento no sólo ayuda a desarrollar una relación con ellos.

Hemos averiguado hace tiempo que leer a los niños es una gran manera de ayudarles a leer por sí mismos.

Pero la investigación reciente también sugiere que leer cuentos a hijos tiene otros beneficios también. He aquí cuatro razones por las que leerles a tus hijos, especialmente cuando lo haces regularmente, puede ser crucial.

1. Estimula partes del cerebro asociadas con el procesamiento visual

Un estudio reciente destacado por The New York Times encontró una mayor actividad en las áreas de los cerebros de los niños asociadas con el procesamiento de imágenes, lo que sugiere que cuando los niños no son los que están leyendo, están representando los lugares que están escuchando.

«Cuando tus hijos estén escuchando historias, están imaginando en su mente», dijo John S. Hutton, investigador clínico del Hospital de Niños de Cincinnati, y autor principal del artículo de investigación.

2. Es diferente a tan solo hablar con ellos

Otro estudio sugiere que la lectura en voz alta a los niños que comienza cuando tan sólo son bebes los expone a más palabras de las que podrían aprender de conversaciones. El estudio también sugirió que la lectura en voz alta les proporciona una amplia variedad de estructuras de oraciones y vocabulario.

3. Puede aumentar su capacidad de procesar información

Un estudio reciente, basado en datos de niños australianos de 4 y 5 años de edad, encontró que, incluso al controlar factores como el nivel de ingresos y educación de sus padres, los hijos cuyos padres decían leerles al menos seis días a la semana consiguieron mejores resultados en los tests diseñados para medir comprensión que aquellos cuyos padres dijeron que les leían una o dos veces por semana. La diferencia en resultados parecía mantenerse más o menos hasta que los niños alcanzaban la edad de 10 años.

4. Puede ayudarles a solucionar problemas

En una encuesta realizada para bebes de 9 meses en Irlanda, los investigadores descubrieron que los hijos cuyas madres dicen leer y hablar con ellos «a menudo» o «siempre» hasta esa edad tuvieron mejores resultados en un cuestionario privado utilizado por la Universidad de California que aquellos cuyas madres decían que les leían «raras veces», «casi nunca» o «nunca», incluso mirando los niveles de ingresos y educación.