¿Qué es exactamente lo que le pasa tu cuerpo cuando empiezas a correr?
El ejercicio hace todo tipo de cosas a tu cuerpo cuando empiezas por primera vez, y empezar a correr no es diferente. Wired decidió echar un vistazo de cerca a todas las cosas maravillosas y horribles que le suceden al cuerpo cuando se empieza a correr por primera vez, y obtener la ciencia detrás de todas.
Hablando con Steven Magness, el autor de The Science of Running, Wired llegó a averiguar algunas de las verdades más incómodas sobre empezar a correr. Aquí os dejamos con algunas de las cosas raras por las que pasa el cuerpo:
«La primera vino de mi piel. No había llegado al final de la calle cuando ya empezó a picarme el pecho. Era como si alguien hubiera llenado mi camiseta de astillas de madera. Lo que está sucediendo realmente, dice Steven, es que la sangre está fluyendo a pequeños capilares sin utilizar de mi piel. Si no estás acostumbrado a correr, como yo, estos capilares están dormidos. Cuando se inundan con la sangre de manera irregular, se hinchan. Eso irrita a los nervios cercanos, que manda sensaciones de picor al cerebro…
Mi barriga empezó a ronronear antes de que llegara a la primera calle con pendiente. Terminé caminando rápido las últimas calles de vuelta a casa. «Eso es bastante común,» dijo Steven. Muchos corredores experimentan incluso gases porque sus cuerpos están rompiendo energía (en forma de hidratos de carbono, proteínas solidas o grasas), causando que las células de los músculos liberen gases. Una gran cantidad de este gas no llega a los pulmones, donde puede ser vencido sin pasar vergüenza. Con mucho tacto, Steven dijo: «El gas se queda atascado en lugares donde no debería, y tienes que sacarlo de alguna manera.» También, dice que los movimientos mecánicos de correr ayudan al proceso de digestión.»
Por supuesto, puedes contar que tengas agujetas, dolores y una abundancia de crujidos en tu cuerpo cuando empieces. La buena noticia es que todo está probablemente normal, y aunque sea un poco incómodo al principio, debes saber que desaparecerá con el tiempo.