«El mundo real simplemente te está esperado para que te hagas rico», escribe Robert Kiyosaki, autor del clásico de finanzas personales, «Padre Rico Padre Pobre».

Sin embargo, muchos de nosotros no llegamos a acumular riqueza por las dudas y temores que nos surgen.

«La principal diferencia entre una persona rica y una persona pobre es cómo manejan el miedo», escribe Robert, que creció observando dos figuras paternas: «Padre pobre» – su verdadero padre, que murió debiendo facturas, y «Padre rico», que comenzó con poco antes de convertirse en uno de los hombres más ricos de Hawai.

Todo el mundo, incluso los más ricos de los ricos, trata con el miedo de fracasar y perder, es una emoción inevitable, sobre todo cuando se trata de dinero.

«Pero el hecho de tener miedo no significa que este es el problema», explica Robert. «Es la forma de manejar el miedo. Es la forma de manejar la pérdida. Es la forma de manejar el fracaso lo que marca la diferencia en la vida de una persona».

Si quieres conseguir algo grande, sea cual sea la cosa, tienes que sentirte cómodo con fracasar primero.

«Al ganar generalmente lo que sigue es perder», escribe Robert. «Nunca en mi vida he conocido a un golfista que no haya perdido una bola de golf. Nunca he conocido a gente que se haya enamorado pero que no haya experimentado un corazón roto. Y nunca he conocido a una persona rica que no haya perdido dinero».

Los fracasos inspiran a los ganadores, dice Robert, y derrota a los perdedores.

«La gente rica trata de averiguar como coger un fracaso o pérdida y convertirlo en una victoria», escribe. «Padre rico sabía que el fracaso solo le haría más fuerte e inteligente. No era que quería fracasar. El sólo sabía de sí mismo y cómo afrontaría ese fracaso. Cogería ese fracaso y lo convertiría en un éxito».