Un salario con muchos ceros al final no necesariamente equivale a ser rico. Al final, es sólo un número – y si el dinero detrás de ese número no es gestionado adecuadamente, puede desintegrarse en un abrir y cerrar de ojos.

«La mayoría de las personas no se da cuenta de que en la vida, no es todo sobre la cantidad de dinero que ganas. Es la cantidad de dinero que mantienes», escribe Robert Kiyosaki en el clásico de las finanzas personales, «Padre Rico Padre Pobre».

Al final, el dinero no resuelve los problemas financieros, de hecho, a menudo los agrava. Considera los ganadores de la lotería que perdieron todo en unos pocos años; o los atletas profesionales que ganaron millones en sus veinte pero terminaron pobres.

Cuando el ingreso aumenta, la gente tiene la tendencia de aumentar el gasto, lo que puede rápidamente convertirse en un hábito de gasto excesivo peligroso.

«El dinero hace obvios nuestros defectos humanos, poniendo el foco en lo que no sabemos», explica Robert. «Es por ello que, con demasiada frecuencia, una persona que tiene un golpe de suerte y de repente se rodeada de dinero, como una herencia, aumento de sueldo, o lotería, vuelve pronto al mismo desastre financiero, o peor, que el desastre en el que estaban metidos antes.

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Lo que resuelve los problemas financieros y produce dinero es la inteligencia. «El dinero sin inteligencia financiera es dinero que pronto se irá», escribe Robert.

Desafortunadamente, mientras que a la mayoría de nosotros se nos enseña como ganar dinero, conseguir un trabajo y trabajar duro, no se nos enseña como manejarlo inteligentemente, la parte crucial.

La buena noticia es que no necesitas ser un planificador financiero certificado o tener un MBA para desarrollar inteligencia financiera.

Comienza por aprender la diferencia entre un activo y un pasivo, la distinción más importante que conocer si quieres hacerte rico, dice Robert. A continuación, concéntrate en mejorar tus ahorros, y asegúrate de que ingresas más dinero del que gastas.

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