Chipre atrae el dinero de los rusos con su programa de inversión por pasaporte
Chipre se ha convertido en un Moscú sobre el Mediterráneo que ha florecido gracias a los rusos que con su dinero acuden al pequeño país de la Unión Europea para convertirse, en cierto sentido, en no rusos. Conocido durante mucho tiempo como un centro de las finanzas rusas fuera del país, y recientemente como foco de las investigaciones de las relaciones rusas con la comitiva del Presidente Donald Trump, Chipre ha diseñado una manera más sofisticada de esconder fondos de dinero: si no puedes lavar el dinero, lava al ruso mismo.
El programa comenzó después de que el gobierno agilizara su programa de inversión por pasaportes para ayudar a Chipre a recuperarse del colapso del sistema bancario en 2013 y la consiguiente recesión. Ahora los extranjeros pueden convertirse en ciudadanos en menos de seis meses a cambio de invertir al menos 2 millones de euros en propiedades en Chipre o 2.5 millones de euros en bonos del gobierno o de empresas.
Desde entonces, Chipre ha emitido unos 2.000 pasaportes, dijo el ministro de Hacienda Harris Georgiades en una entrevista en Nicosia el mes pasado. Alrededor de la mitad han ido a parar a los rusos, de acuerdo con PricewaterhouseCoopers y otros consultores que guían a los clientes a través del proceso. El impacto ha sido profundo, provocando que la inversión extranjera alcanzara los 4.000 millones de euros durante el año pasado, lo que equivale a casi una cuarta parte de la producción económica anual de la isla.
Dos Villas
Un reciente ruso convertido en chipriota detalló como funciona, charlando el mes pasado en un restaurante con vistas al puerto deportivo de Limassol. Un ex ejecutivo de telecomunicaciones de Moscú que pasa el tiempo dentro y fuera de la isla, habló bajo condición de anonimato porque, bueno, ocultar su identidad era el objetivo de lo que había hecho.
El primer paso consistió en sacar sus activos de Rusia y transferirlos a una empresa ficticia en los Países Bajos, algo que había logrado hace unos años. Luego buscó una segunda ciudadanía. Miró a Malta y a otros países, pero se decidió con Chipre porque, dijo, era el más fácil y rápido.
Funcionó a las mil maravillas. En agosto, compró dos villas en Limassol por un total de 5 millones de euros. En diciembre recibió su pasaporte.
Mientras que los ricos del mundo tienen muchas opciones para obtener pasaportes y permisos de residencia, Chipre es el más rápido, dicen los consultores. La adhesión de la nación a la UE también hace que su pasaporte sea una joya. Un pasaporte de Chipre permite viajar a 147 países, incluidos los Estados Unidos y Japón, sin tener que obtener visado por adelantado.
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Exención de impuestos
Una razón por la que los rusos han querido pasaportes de Chipre es que la ciudadanía de este país les ayuda a evitar los ojos indiscretos de su gobierno y pagar menos impuestos. También hace que mover el dinero sea más fácil, porque los bancos los ven como locales en lugar de extranjeros potencialmente sospechosos.
«La mayor razón para que los empresarios rusos trasladen su dinero a Chipre u otros lugares en el extranjero es el temor de perderlo», dijo Svetlana Ledyaeva, profesora asistente de economía de la Universidad Aalto en Finlandia, quien ha escrito sobre la inversión offshore rusa. «Rusia es inestable políticamente, y un ruso rico puede ver como confiscan todo su dinero y ser mandado a la cárcel de un día para otro.»
El ruso que consiguió su pasaporte después de comprar dos villas está ahora transfiriendo su compañía holandesa a Chipre para aprovecharse de un beneficio de nueva ciudadanía: renta exenta de impuestos en inversiones durante 17 años. Normalmente, eso no hubiera sido suficiente para dejar de pagar impuestos en Rusia, donde el Presidente Vladimir Putin comenzó a gravar las ganancias y la riqueza en el extranjero en 2015. Pero debido a que reclama residencia fiscal en Chipre, las autoridades locales no tienen que informar sus ganancias locales a Moscú.
¿Quiere ésto decir que este ruso rico se tiene que trasladar a Chipre? No exactamente, sonrió. Mientras que la residencia fiscal requiere pasar al menos 183 días del año en Chipre, es difícil que se cumpla este requisito. Los ciudadanos de la UE simplemente muestran sus pasaportes en sus llegadas y salidas, sin tener que poner sello. Nadie sabe realmente cuándo está allí o durante cuánto tiempo.
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Referencia: Bloomberg