Cambia tus preocupaciones a largo plazo por pequeñas preocupaciones diarias
Si tiendes a preocuparte mucho por el futuro, puedes encontrar un poco de alivio si transformas esas preocupaciones a actividades productivas, del día a día.
Si ya divides objetivos a largo plazo en tareas más pequeñas y más digeribles para tu productividad, lo mismo puede funcionar para las preocupaciones a largo plazo de tu vida. En su blog, James Clear sugiere que convirtamos nuestras preocupaciones a largo plazo en preocupaciones que formen nuestra rutina diaria. Por ejemplo:
Estas pequeñas preocupaciones son más manejables y hacen que hacer frente a la preocupación a largo plazo sea más fácil. Por más que trates, algunas no pueden ser transformadas con un ejercicio mental o una charla amistosa. Cuando tu preocupación parezca indestructible, cámbialo a algo pequeño y productivo, algo que te ayudará a resolver el problema a largo plazo.
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